sábado, 15 de mayo de 2010

Quiero ser egoísta



- Quiero ser egoísta, se que esta mal, pero por primera vez quiero ser tan egoísta como los demás – dije entre sollozos aferrándome a su cuerpo, mientras mis lagrimas caían sobre su ropa, empapándola con mi dolor, mi sufrimiento, mi agonía.
- De que estas hablando Michel?, no llores – trato de consolarme.
- Desde que era pequeño, me prohibieron serlo, tenia que pensar en los demás antes que mi, pero ya no lo soporto, me gustas, me gustas mucho y aun que se que esto esta mal, no me importa, te quiero solo a ti, y no quiero dejarte – grite aferrándome aun mas a el.
- Entonces no lo hagas, quédate conmigo – dijo levantando mi rostro y limpiando mis lágrimas – yo también te quiero Michel.
- Aun cuando este mal? –sollozando
- Si
- Cuando nos señalen?
- Si
- Cuando sea un niño malcriado egoísta.
- Me gusta mas si eres así – termino sonriendo.
- Mentiroso- comenzando a llorar de nuevo – estabas abrazando a esas chicas, y me no me invitaste a tu cumpleaños.
- Pero si fuiste tu el que me dijo que no te hablara, no quería que estuvieras molesto conmigo, por eso me resistí demasiado a abrazarte, a tocarte, a besarte – acercando sus labios a mi piel, entrelazando nuestras lenguas, succionando toda mi respiración, mi esencia, devorando todo mi ser, con su dulce boca. –y ahora no puedo contenerme.
- Eh??

Para cuando me di cuenta ya me encontraba dentro de su auto en dirección a su apartamento, y antes de que pudiera echarme para atrás, ya me encontraba debajo de el en su habitación.

- No crees, que esto es muy repentino? – dije asustado.
- Eh estado conteniéndome mucho tiempo, desde que te vi quise tocarte justo así – decía al momento de bajar delicadamente su mano por mi pecho desnudo.
- Pero si ya lo hicimos – estremeciéndome.
- La verdad –sonriendo – mentí, esa noche para cuando regrese a la habitación estabas dentro de la ducha con tu ropa puesta y quejándote que te habías caído, así que solo te desvestí, y te acosté, no pude hacerte nada – riendo – así que esta es la primera vez.
- Tú maldito bastardo, sabes lo nervioso que estuve, no pude dejar de pensar en eso todo el día, no me podía concentrar – sonrojándome.
- Sabia que te gustaba – victorioso – así que donde estábamos, a si aquí – diciendo esto comenzó a besar mi pecho delicadamente, suave, con una dulzura embriagadora, aquello era demasiado para mi, trate de detenerlo, pero me llene con el éxtasis y termine por entregarme al placer – tan linda es esta parte tuya, tal y como la imagine –continuaba bajando cada vez mas y mas por mi pecho.
- Eres un maldito pervertido – gemí –ahh.
- Lo dice alguien que ya esta todo excitado solo por lamer sus pezones un poco –me pregunto que pasara cuando toque aquí – tocando alrededor de mi entrada, introduciendo un dedo suavemente.
- No, ahí no…aahhh- gemí
- Te corriste tan rápido, eres todo un pervertido –lamiendo sus dedos con mi esencia.
- Que esperabas tonto es mi primera vez – sonrojado.
- Deberás? –aun mas sonrojado.
- Claro que clase de persona crees que soy, eras la primera de quien me enamoro en verdad, no soy como tu… - mas fui interrumpido por unos labios, que me volvieron a sumergir en un éxtasis grandioso, me sentía a morir y el simplemente susurraba palabras inentendibles a mi, eso me fastidiaba, ya que me excitaban muchísimo. – deja de decir cosas que no entiendo.
- Pero mira ya estas duro otra vez, eres tan lindo – besándome –aun así te preparare, no quiero dañarte – finalizo, introduciendo dos de sus dedos para ensanchar mi entrada, lubricando con su saliva, y mi propio semen – creo que ya estas listo –continuo mientras me penetraba dulcemente.
- Duele…maldito duele – le grite casi llorando, mas el trato de tranquilizarme susurrando algo a mi oído – idiota te dije que no me hablaras en alemán.
- Te amo – finalmente lo dijo – eso es lo que te dije, te amo Michel – para después besarme y embestirme con mas fuerza, con un ritmo contagioso, el dolor pronto fue desapareciendo, convirtiéndose en placer, hasta llegar al éxtasis completamente, hasta que me llevo a un lugar apartado de la realidad, hasta que deje de existir, y en mi cabeza solo existía lugar para un simple pensamiento, una sola persona, el.
Para cuando despertamos ya era de día, por supuesto que no fui a mi casa esa mañana estaba muy preocupado, no sabia como enfrentarlos, mientras que a kai las chicas de la oficina casi lo matan por que las dejo plantadas, aun así no era nada comparado a lo que iba a suceder, para cuando kai se dio cuenta, me prometió que me apoyaría, que estaría ahí para ayudarme, aun así le hice prometer que no diría nada, este era un asunto entre mi familia y yo, el simplemente me beso y sonriendo me aseguro que todo iba a estar bien.

Por supuesto que eso no era tan fácil…

- Cállate –gritaba mi madre –como puedes decir eso.
- Es asqueroso, maldito homo – continuaba mi hermano.
- Escúchenme por favor –suplique – estoy enamorado del doctor y no voy a dejarlo – asegure aferrando a su mano.
- Acaso quieres matar a tu padre? – preguntaba mi mama abrazando a ese hombre que se encontraba en el sillón – no puedes pensar en el.
- Déjalo Michel siempre ah sido egoísta, solo piensa en si mismo..
- Llevo toda mi vida pensando en ustedes, cuidándolos, haciendo lo que pensaban que era mejor, cumpliendo sus caprichos, acaso no tengo derecho a tener algo que yo deseo. – dije casi llorando.
- No le hables así a mama, eres un inútil y claro que nunca te van a permitir esto – continuaba Alex.
- Al menos si fuera una chica lo entendería, pero un hombre, es inaceptable, no puedo tener un hijo así – con histeria lloraba mama.
- Lo siento mama, pero de verdad lo quiero, amo a el doctor y nada de lo que digan me hará cambiar de opinión, y si es así como lo quieren –armándome con todo mi valor – me iré, pueden fingir que morí o que nunca tuvieron un hijo, pero no voy a negarme la felicidad, no ahora- termine sujetando aun mas la mano de kai, pidiéndole fuerzas para lo que iba hacer.
- Eres un inconsciente, acaso quieres que papa muera – grito Alex, en es instante mire el rostro demacrado de mi padre que simplemente presionaba su pecho con la mano, fue entonces que mis fuerzas se desvanecieron y que poco a poco mi agarre perdió su fuerza, soltando lentamente la mano de mi libertad.
- Michel no es un inconsciente – dijo al fin kai, quien al darse cuenta de mi situación apretó a un mas mi mano y salió en mi auxilio.
- Tu no te metas, todo es tu culpa y esto es entre el y nosotros, tu no eres de la familia –amenazo Alex.
- Lo se, le prometí a Michel que me quedaría callado, pero antes de eso le prometí que cuidaría de el, y eso es mas importante, no voy a dejar que sigan abusando de el, que no lo dejen ser feliz, que sigan haciéndolo pensar que el querer algo esta mal – continuo.
- Abusando, si eres tu el que se lo lleva, no se que demonios le metiste en la cabeza – continuo mi hermano – acaso no entiendes que el debe quedarse…
- No – grito interrumpiéndolo – el que no entiendo eres tu, escúchame bien, ya no me importa lo que piensen, me llevare a Michel, me lo llevare lejos, tan lejos como sea necesario para librarlo de ti, y ya veremos que harás cuando no lo tengas para que cuide de ti – enojado.
- No puedes hacer eso – al fin hablo mi padre.
- Lo siento señor – dirigiéndose a el – pero amo a su hijo y no voy a dejarlo.
- Papa, yo… - quise decir algo pero no tenia ya mas valor.
- Eh escuchado suficiente Michel… lo único que me queda es desearte toda la felicidad del mundo – sonriendo cálidamente para mi – perdona por acapararte todo este tiempo mi querido hijo – abrazándome – solo espero que no sea lo suficientemente tarde para que hagas tu vida.
- Gracias papa – dije abrazándolo – lamento no ser el hijo ejemplar que siempre quisiste que fuera.
- En eso te equivocas – dijo mi madre – siempre hemos estado muy orgullosos de ti, supongo que tengo que olvidarme de tener una linda nuera verdad –sonriéndome
- Mama – llore mientras la abrasaba- lo siento.
- Es verdad tampoco tendré nietos –bromeo papa.
- No te preocupes ya que el inútil de Michel fracaso en ese ámbito yo te daré muchos nietos – agrego triunfante Alex.
- Supongo que no hay remedio –termine yo – aun te parezco asqueroso.
- No… sigo pensando que eres un inútil, pero ya que… así hay más chicas para mí – dándome un golpe en la nuca –solo aleja a tu novio de mí, me mira muy raro.
- No te preocupes –abrasándome – solo tengo ojos para Michel.
- Creo que vomitare…que no iban a huir juntos
- Regresare mañana – termine mientras kai tiraba de mi para llevarme a su casa.
- Te amo – dijo sonriendo y besándome en su auto – quiero hacerlo ahora – manoseándome.
- Espera, no puedes… que acaso eres un adolecente – alejándolo de mi - deja de tocarme ahí.
- Solo cumplo la voluntad de tu padre –se excuso.
- Como que voluntad?
- El quiere tener nietos verdad, así que ay que intentarlo –abrazándome nuevamente.
- Que...espera no… si lo haces así… no… espera…ah…aaaahh – mas no pude detener a la bestia que había en su interior.

Creo que ser egoísta esta empezando a gustarme.


viernes, 16 de abril de 2010

BOMBA

BUENO LA VERDAD ESA MAESTRA POR POCO Y NOS IBA A HACER ESO... PERO NOS EVACUARON ANTES DE QUE ELLA LLEGARA CON SU DICHOSO EXAMEN JEJE.. NOS LIBRAMOS DE UNO JOJO
( OYE PORQ NO SALE EL COLOR DE LAS LETRAS?)
QUIEN SABE PERO BUENO ESTA GRACIOSA... ESE DIA FUE RARO ...

viernes, 12 de marzo de 2010

Te amo; es una palabra demasiado egoísta.


El camino en el carro fue espeluznante, un silencio mortal reinaba el lugar, los gritos de mi hermano y mi madre recriminándome al llegar tan tarde parecían demasiado lejanos, mi cabeza se encontraba en otro lugar, con el, en su habitación, en ese momento, cuando muestras respiraciones se sincronizaron, cuando me fundí en sus besos, cuando deje de pensar en mi simple existencia y me entregue al placer por completo.

Sobra decir que el trabajo se volvió demasiado incomodo, y por varios días, no dirigí palabra con el, ni siquiera lo miraba a la cara, pasaba todo el tiempo con Eduardo, aun cuando no le prestaba atención, el seguía platicando como loco, hasta que lo notaron, mi madre pregunto la razón por al que yo siempre me la vivía tan distraído y Eduardo, me regañaba por lo descuidado que era el trabajo.

- Voy a renunciar – dije mientras transcribía algo en el ordenador.
- Como? –se sorprendió Eduardo – y eso por que Michel, acaso ya no te gusta trabajar aquí..es por que solo digo tonterías.
- No es eso, simplemente, estoy cansado, y necesito un respiro, ya no lo soporto.
- Soportar que
- Al doctor –enojado.
- Y eso como por que?
- Es demasiado, la presión, su forma de tratarme, la sensación de…- me perdí en mis pensamientos mientras tocaba mis labios – simplemente quiero alejarme de todo.
- Si es por que le dije donde vivías, cual era tu numero de celular, tu cuenta de correo, el que te gustes los gatos y todas esas cosas .. lo lamento no te vayas –abrazándome.
- Fuiste tu –le grite –ya se me hacia muy raro de donde sacaba toda esa información.
- Perdóname, es solo que siempre que hablabas de el lo hacías como antes.
- Como que como antes?
- Sonríes, hace mucho que no te veo sonreír y cuando recuerdas las cosas que te hizo pasar sonríes, te ríes, te veías tan feliz.
- Eres idiota
- Solo deseaba que volvieras a ser el de antes Michel, no se lo que paso en todo este tiempo, solo quería que regresaras a disfrutar de tu vida – me quede callado, el era un idiota, pero se había dado cuenta inmediato de todo lo que me pasaba, el era un amigo de verdad, no solo alguien con quien esconderme.
- Gracias – abrazándolo – pero tengo que hacerlo, perdón Eduardo.

Salí a si a buscar a kai, en su oficina, quien se enojo muchísimo al saber lo que yo deseaba.

- No aceptare tu renuncia – dijo enojado.
- La entregare a los jefes
- Por que tan de repente, si es por lo que paso ayer, prometo que iré más despacio.
- Usted no lo entiende, ya no puedo seguir soportándolo, su acoso me tiene arto, acaso no entiende que me siento asqueroso cuando me toca, que me siento sucio, quiero apartarme de usted. –le grite, y cuando abrí mis ojos pude observar su mirada, llena de desesperación, de dolor, había dicho cosas muy hirientes, y ya no podía retractarme.
- No te vayas – bajando la cabeza – no volveré a acosarte, no te molestare mas, pero no te vayas, me rindo – sentándose –eres un buen ingeniero, que clase de jefe seria si dejo que se vaya uno de nuestros mejores trabajadores.
- Gracias por entender, en ese caso olvide lo de mi renuncia.
- Solo vuelva a trabajar, Ing. Luna – cuando escuche esas palabras algo dentro de mi se rompió pero ya había llegado muy lejos y no iba a desistir.

Eduardo estaba contentísimo de que yo no renunciara y de que todo se había arreglado, mas esa tarde al llegar a mi casa la verdadera tempestad llego. Alex seguía molesto debido a que aquella noche no llegue temprano como prometí, así que el tuvo que quedarse a cuidar a mi padre mientras que mi madre salió, el estaba tan furioso que buscaba la manera de vengarse, puesto que ese día iba a verse con su novia para tener una noche especial.

- Así que era verdad – dijo sarcásticamente.
- Verdad que? – pregunte
- El que eres homo – sonriendo
- De donde sacas eso.
- Madre, quieres saber cual era el problema tan importante por el cual llego tarde en la noche? –gritándole.
- De que hablas – desconcertado.
- Que significa esto Michel – dijo mi madre enojadísima, después de mirar el celular de Alex.
- Un compañero me paso esta foto, recuerdas que te dije que iría con lore a la feria, pues quienes crees que fueron y a quienes se encontraron? – malévolamente.
- No se de que hablas – disimule.
- Eres un maldito gay, tanto así que te besas en público – mostrándome la foto donde kai me daba un beso en la feria.
- Ya se me hacia muy raro que nos presentaras a tu jefe. – decía mama llorando.
- Yo no lo traje, el llego solo, y no salgo con el.- me defendí.
- Entonces solo fue un rato, ahora sabemos como le hacías para tener tan buenas calificaciones.
- Cállate.-grite
- No cállate tú, y será mejor que te comportes, o si no…-amenazo.
- Silencio los dos –grito mi madre – su padre esta durmiendo, y tu Michel quieres que el muera, te imaginas lo que pasara si descubre que tu eres gay, quiero que dejes de ver a esa persona, no lo quiero ver por acá nunca mas.
- Yo no soy gay- dije casi a punto de llorar – y ya solucione eso, el doctor no volverá a venir por acá.
- Estúpido gay – termino Alex antes de alejarse de mí.
Después de aquello regrese a mi vida normal, a mi aburrida rutina, comiendo solo, caminando solo, viajando solo, durmiendo solo, solo… sufriendo, pero por alguna extraña razón no podía continuar así, no podía acostumbrarme a la idea, a sentirme solo, no, no podía estar solo otra vez.
Extrañaba su calor en las tardes, sus abrazos repentinos, el que siempre me llamara, ver su sonrisa cada mañana, su perfume al besarme, el choque de nuestra piel, el rose de sus caricias en mi frente, sus intentos por conquistarme, lo extrañaba todo, y el pasar de los días solo hacia que me doliera más su indiferencia, su total frialdad conmigo, mirando como era amable con las demás personas, y frio totalmente conmigo, después de todo era mi culpa.

- Doctor Betancourt, es verdad que es su cumpleaños? – preguntaba una chica muy cerca de el.
- Maldita resbalosa aléjate de el – pensaba para mi – pero que estoy diciendo eso no me importa- me regañe.
- Claro que si, mañana cumplo 26 –sonriendo cálidamente.
- Deja de sonreírle – volví a pensar.
- En ese caso celebremos en su casa otra vez, si doctor.- insistió una segunda.
- Esta bien – acepto – y si no van los despediré – volvió a sonreír.
- Que bien – me emocione –tendré la oportunidad de volver a estar cerca de el – pensé al momento de acercarme a decirle que asistiría pero.
- A Michel, contigo no aplica eso, no es necesario que vayas, ya que no te gusta salir, no te obligare – dijo seriamente – verdad chicas? – abrazándolas.
- Ok – dije, y camine cabizbajo, Salí a tomar aire y nadie se hubiera dado cuenta de mi huida a no ser por el.
- Michel que te pasa?, por que lloras? – grito Eduardo.
- No estoy llorando tonto –dije llorando.
- Claro que si, doctor Michel esta llorando.
- Cállate tonto – lo golpe, mas una mano sujeto mi brazo y me arrastro a un lugar apartado.
- Por que estas llorando Michel – dijo el, que lindo sonaba mi nombre en sus labios, otra vez me había llamado así, con cariño, con ternura y eso era algo que no podía resistir, así que sin mas lo abrase con fervor, no quería que se separara de mi, no quería sentirme muerto otra vez.

martes, 12 de enero de 2010

Un amante; eso es demasiado egoísta.

Para cuando desperté.

- Ay... mi cabeza, donde estoy?
- Hasta que despertaste dormilón – dijo kai junto a mí. - Tienes hambre.
- Doctor… pero que hago, así la fiesta, waa debo irme lamento quedarme dormido, así me voy- levantándome.
- Espera - dijo tomándome por el brazo – no hay prisa, no es necesario que te vayas – abrazándome – puedes quedarte un rato mas no seas tan frio Michel.
- Doctor… suélteme...esto es raro.
- No es doctor, llámame kai.
- Ya le dije que no…
- Entonces de que otra forma llamarías a tu amante.
- Cual amante?
- Como que cual, yo, acaso no recuerdas lo que paso anoche.
- Anoche?
- como explicas el que estés en ropa interior – en eso momento me di cuenta, no traía mas que la interior puesta y el también – tienes una piel muy linda y una voz tan sexi.

Me quede callado, estático, sin decir anda, por un instante casi me desmayo de la impresión y cuando reaccione el ya estaba abrazándome y a punto de besarme, con toda mi fuerza lo arroje y Salí corriendo vistiéndome en el camino, alejándome de ese lugar lo mas pronto posible.

Una vez en casa mis padres me regañaron y Alex no ayudo mucho, diciendo que tal vez había ido a beber con alguna mujer y había tenido suerte, ya que llegue apestando a alcohol, después dela regañada de esa mañana jure que mataría a Eduardo nada mas tuviera oportunidad me había metido en un gran problema y lo peor era que no quería salir de el.

- Me duele la cabeza, odio tener resaca - dijo Eduardo mientras tocaba su frente.
- Sabes que te matare en cuanto mejores verdad – le conteste dándole una pastilla.
- Si, como sea, acaso a ti no te duele la cabeza? – me pregunto mientras se la tomaba.
- Ya te dije que no tome mucho por eso ni me duele – mientras el me daba una palmada en la espalda –ay – dije pues por lo que sucedió anoche me dolía a morir mi espalda, incluso el caminar me dolía.
- Ja lo sabia te caíste de borracho… jajajaja
- Ya cállate…- mas fui interrumpido por kai, quien me llamo amablemente a un lugar privado a platicar.
- Me gustas – dijo seriamente besando mi mano.
- Eh… -dije sacado de onda.
- Que me gustas mucho Michel
- Doctor, lo que paso anoche, fue un error así que le pido por favor, que me disculpe – bajando mi rostro – olvide mi comportamiento.
- Me gusta este lado tuyo – dijo levantando mi rostro – me gustan tus ojos, tu nariz – tomándome por la cintura –tus caderas, pero sobre todo tus labios – besándome.
- Suélteme – grite – esto es enfermo – alejándolo de mi – me da asco, no lo vuelva a hacer por favor, usted ni siquiera me gusta.
- En ese caso permíteme hacer que te enamores de mí – volviéndome a rodear con sus brazos.
- No, haciendo esto no hace que me guste, suélteme por favor.
- Me gustas Michel – tomándome de las manos para no escapar, y al estar apunto de juntarse nuestros labios nuevamente alguien nos interrumpió.
- Michel, donde andas? –gritando – necesito tu ayuda, deja de esconderte.
- Eduardo – suspire aliviado ya que gracias a esto kai me había soltado, y después corrí a abrazarlo.
- Ya me perdonaste que bien –dijo sonriendo- vámonos.
- Espera, Ing. Luna, de verdad voy a esforzarme –se despidió con una sonrisa picara.

Eduardo que no entendía la situación se la paso todo el día preguntando y molestando sobre que había sido eso, yo lo ignore volviéndole a decir que seguía enojado, mas por mucho que lo intentara no podía olvidar el sabor de su boca, la calidez de su cavidad, el sentir de su piel, era una sensación inexplicable y contrario a lo que dije, no me desagradaba, al menos no mucho.

A la mañana siguiente día de descanso, sonó mi celular muy temprano, despertando a mi hermano ya que el me lo había escondido, enojado bajo a la cocina y me lo entrego gritando, que ya tenia hambre, mientras yo preparaba el desayuno.

- Doctor –sorprendido
- Que es kai…como sea te invito a comer hoy, es tu día libre no, vamos tengamos una cita –dijo feliz
- No
- Ya no te hare nada raro –sonriendo
- No es eso –sonrojado – es solo que no suelo salir en estos días.
- No sales en tu día libre?...entonces que haces?
- Estoy cuidando a mis padres, estoy ocupado espere- dije pues el desayuno casi se convierte en cenizas.
- Oye, que te pasa..responde…Michel, Michel….amor.
- Ya, me decía
- Aja contestaste cuando te llame amor, te gusto lo sabia.
- Que?- enojado – voy a colgar
- No espera –mas colgué ya que estaba algo molesto.
Pensé que había desistido de su intento por salir pero esa misma tarde, sin saber como dio con mu casa, no teniendo opción tuve que presentarlo con mi familia, mi madre sonreía al ver un hombre tan apuesto, mi padre no decía anda, ya no hablaba como antes y Alex se dedico a preguntarle todo sobre el, y kai con lo presumido que era no dudo en responder cada una de sus preguntas.

- Así que si eres un hombre tan rico e importante… por que trabajas eh? – pregunto indiscretamente Alex.
- Por pura diversión… y para conocer gente interesante.
- Por las chicas, te entiendo.
- El no es un pervertido como tu – respondí furioso.
- Yo no soy un pervertido, solo digo que lo mejor de la vida son las mujeres, y para disfrutar de la vida disfruta de mujeres, tal vez si tuvieras novia no serias tan amargado hermanito.
- Así que no tienes novia? –pregunto feliz
- Mi vida privada es mía.
- Cual vida, nunca la ha tenido, solo sabe estudiar y trabajar y eso anda más jajaja.
- Y de quien es la culpa?
- Ya es suficiente, Michel deja a tu hermano, por cierto – interrumpió mi madre – mañana iré a visitar a mi hermana, así que regresa lo mas temprano que puedas.
- Así, me voy, casi lo olvido, tome dinero de tu cartera hermano, es solo que Lore, quiere ir a comer antes del cine – termino Alex para salir de la casa.
- Ya veo lo cálida que es tu familia – dijo kai.
- Ahora entiende por que no puedo salir –dije cabizbajo.
- Bueno entonces te invitare otro día, ya te lo dije no me rendiré – acercándose a mi rostro – déjame cuidar de ti, deja que te ame – termino mientras me besaba suavemente, por suerte nadie nos miro en ese momento, y por un instante desee que sus palabras fueran verdad.

Desde aquella vez kai no dejo de perseguirme, solía dejar notas en mi escritorio, en mi bata, en lugares donde yo menos me lo imaginaba, me acompañaba a comer, se quedaba junto a mi mientras dormía, y mientras jugaba con mi cabello, incluso se quedaba dormido en mi regazo, era el único momento en el que su semblante de seguridad desaparecía, se veía tan inocente, tan vulnerable dormido ahí, y por esos pequeños instantes sentía la necesidad de besarlo, solía recorrer el contorno de sus labios, eran simplemente perfectos, pero inalcanzables.
Después de ya varias semanas de acosarme, como yo lo llamaba, al fin consiguió que le diera el si en una cita, debido a que esa noche saldríamos temprano me invito a visitar una feria local, al principio me resistí pero después de un rato sin saber por que dije que si.
Aquel lugar era extraordinario, muchas luces, muchos juegos, risas de mucha gente donde quiera que volteáramos a ver y todo parecía tan irreal, fue entonces que nos acercamos a un juego de tiro al blanco y kai gano un hermoso gato de peluche.
- Lo gane para ti – me lo dio sonriendo.
- No soy una mujer que necesite algo así-dije enojado.
- Pensé que te gustaría, se que te encantan los gatos… pero si no lo quieres se lo regalare a esa chica –agitándolo.
- Dámelo – dije arrebatándoselo, después de todo era un gato muy bonito.
- Sabia que te gustaría – acercándose a mis labios – ahora quiero mi premio – besándome.
- Deja de hacer eso, estamos en un lugar publico – dije súper sonrojado.
- Eso no importa, nadie nos presta atención – dijo tomando mi mano logrando que me sonrojara a un mas. – quieres tomar algo- simplemente asentí con la cabeza.

Tratando de tranquilizarme caminamos hasta donde vendían algo para tomar, pero para mi mala fortuna fui empujado por alguien, mientras que mi bebida caía en mi ropa causando que se mojaran, cuando kai se percato del incidente me todo de la mano y me llevo hasta su auto, donde me recomendó cambiarme de ropa en su departamento, después de todo era una noche muy fría y no quería enfermarme, acepte un poco de mala gana, pues conocía muy bien su pervertida manera de pensar.
Al llegar a su cuarto me dio una camisa seca, comencé a desvestirme, con cierto nerviosismo, pues el no dejaba de mirarme, y pronto lo noto, acerco sus manos a mi pecho y lo recorrió con sus dedos, quitándome lentamente la prenda mientras susurraba a mi oído palabras en alemán, incomprensibles para mi, pero demasiado eróticas, pues mi cuerpo comenzó a reaccionar sin poder evitarlo, para cuando regrese en mi, me encontraba en el suelo y el aun pegado en mi espalda, mis pantalones estaban abiertos y mi hombría en sus manos, masajeándola rápidamente con gran destreza, era obvio que tenia mucha experiencia, mientras mi cuello era devorado a besos, pequeños gemidos comenzaron a salir de mis labios, por tal motivo los cubrí con mi mano, mientras que con la otra trataba de sostener mi cuerpo sentado en el piso, pronto así con la mano libre que el tenia recorrió mi pecho y me susurro al oído una palabra, esta vez entendí muy bien lo que decía pero trate de ignorarla, puesto que deje salir toda mi esencia en su mano, el comenzó a lamer mi semilla, llenando sus dedos de saliva, asegurándose que fuera suficiente, entonces me di cuenta de lo que seguía, me voltee bruscamente y detuve su mano al notar que baja por mi espalda.

- Pare—solloce – pare por favor… no lo haga – dije soltando a llorar.
- Te amo – volvió a decirlo, con un tono tan seductor, tan erótico, mas mis lagrimas eran mas y mi dolor muy aparente, así que simplemente me abrazo, beso mi frente y se levanto dejándome solo – esperare en el auto para llevarte a casa Michel –fue lo único que dijo, me sentí aliviado, pero por una parte decepcionado, ni siquiera yo, sabia que era lo que quería realmente.