sábado, 26 de diciembre de 2009

Me gusta; es algo muy egoísta.

- Es todo tu culpa –gritaba mi hermano – si nuestro padre muere es tu culpa.
- Por que haces esto Michel? – lloraba mi mama- por que tienes que ser tan egoísta? – sollozando.

No podía creer lo que sucedía, casi mataba a mi padre, el doctor dictamino que no podía esforzarse tanto como antes, que teníamos que cuidar de el.


- Lo siento mucho papa – me disculpe frente a el – te prometo que ya no volveré a ser tan egoísta.
Y así termino, mi vida, deje todo lo que me gustaba, deje mis sonrisas, el mirar la luna por las noches, el pensar en divertirme, el volver a sentir algo, y me concentre en mis estudios, mi padre eligió la carrera, la escuela donde terminaría, me convertí en el hijo modelo, en el estudiante perfecto, en el hermano ejemplar, haciendo todo por ellos, por mi familia, cumpliendo sus expectativas, mientras que Alex mi hermano jugueteaba con chicas, trabajaba para comprarse juegos, y demás, solo vivía para si, mi madre tubo que trabajar, por que la enfermedad de papa se agravó y yo termine estudiando y trabajando para pagar sus gastos, en mi graduación ninguno de ellos apareció y a mi único amigo solo se rio al escucharme rechazar su invitación para ir a tomar algo por nuestro triunfo, el triunfo de mi padre.

Termine trabajando para unos empresa , en el área de calidad, mi trabajo no era la gran cosa pero necesitaba la paga, y así pronto ascendí, hasta llegar a tener el trabajo estable, donde ganaba lo suficiente para mantener a mi familia, sin importarme nada mas.

- Quien iba a pensarlo? – decía un chico a mi lado – después de dejar de vernos ahora trabajamos juntos, que ha sido de tu vida Michel? – pregunto abrazándome.
- Nada, ahora quieres dejar de abrazarme y regresar a trabajar Eduardo – le dije serio.
- Ya no eres divertido, recuerdo como el la prepa solías no tocar nada del material en el laboratorio por que creías que lo romperías, y mírate ahora eres un az – se burlaba mirándome manipular los instrumentos.
- Deja de hacer el tonto y ponte a terminar el reporte
- Eso ya no importa, me dijeron las chavas de servicios sociales que tendremos un nuevo jefe en el laboratorio, que se creen, debieron hacendarme a mi, yo estoy muy calificado, no crees?
- Deberías agradecer que sigues trabajando aquí, ya que no haces más que estorbar, quítate si no vas a hacer nada.
- Es verdad olvidaba que tu puedes con todo, quizás el jefe deberías ser tu, no Michel?
- Terminaste, por que aun falta mucho trabajo.
- Me alegra que trabajen tan duro chicos – dijo una voz detrás de Eduardo.
- Perdón quien es usted, no puede entrar aquí es un área restringida –levante la voz.
- Sr. Luna, esa no es forma de hablarle a su nuevo jefe – dijo otro sujeto que acababa de entrar.
- Lo lamento Sr. Vázquez no tenia idea.- me disculpe bajando la cabeza.
- Esta bien, el solo hacia su trabajo, eso me hace saber que tienen cuidado de la seguridad, muy buen trabajo, como dijiste que te llamas? –sonriendo.
- … - calle por un minuto, pues ante mi se encontraba un hombre muy extraño, era mas alto que yo, de cabello castaño corto, sus ojos era de un peculiar color, no cabe duda que era extranjero, pues ese verde esmeralda no era muy familiar por el lugar, si a esto le sumamos que tenia una sonrisa demasiado agradable, dando un semblante muy gallardo, el traje con el que venia vestido hacia resaltar el color claro de su piel, no mas que la mía, pero si algo mas que las personas de los alrededores.
- Michel? – me golpeo mi amigo por la espalda – despierta.
- Luna... Michel Luna – respondí, al salir de mi trance.
- Mucho gusto en conocerte luna, mi nombre es Kai Betancourt – dijo estrechando mi mano.
- Eduardo zarate – hablo mi amigo.
- Bueno señores, el es su nuevo jefe, el señor Betancourt viene directamente desde Alemania, donde hiso su segundo doctorado en…
- Así esta bien, y ustedes.
- Ingenieros –respondió hábilmente Eduardo, - ambos somos ingenieros bioquímicos.
- Ah misma escuela –termino el.
- No – dije yo – creo que debo regresar al trabajo – alejándome de el.
- Perdone su comportamiento pero el Ing. Luna es muy devoto a su trabajo – se disculpo el jefe.
- Esta bien… es mas… me gusta – dijo sonriendo.


Era la primera vez que alguien me había echo titubear en tanto tiempo, por un momento me perdí en esos ojos color esmeralda, no pude pensar en nada mas, y casi hago mal mi trabajo, no tenia idea de que allá afuera existiera gente así, que en otros países pudiera haber cosas que yo desconocía.

Al día siguiente, el rumor de que el nuevo jefe de el departamento de calidad era todo un galán se esparció como plaga y pronto teníamos el lugar rodeado de chicas, que iba a verlo y a sonreírle como tontas, claro que eso hacia enfadar a Eduardo, decía que se robaba a todas las chicas y que no nos dejaba ninguna, pero a mi solo me molestaba que no me dejaban trabajar en paz, desde que el llego, siempre había escándalo, cuando siempre hubo paz y tranquilidad.

- Michel vamos a comer – gritaba Eduardo – vamos, tengo ganas de algo rico y con mucha grasa siiii.
- Acaso eres un colegial, ya tienes 24 años, no eres un niño, no me llames como si saliéramos a jugar – le respondí.
- Que aburrido eres, anda vamos donde las chavas de administración comen, creo que le gusto a una de ellas.
- Tienes un complejo.
- Claro las chicas son lo mejor y mas cuando tienen pechos grandes y piernas largas si...
- Deja de babear, no voy a ir, comeré en otro lugar.
- Otra vez debajo del árbol que esta junto a la cancha deportiva.
- Ahí hay tranquilidad, no quiero escuchar tus malos chistes.
- Eres muy cruel, jamás vas a conseguir una esposa así.
- No la necesito.
- Que acaso no quieres tener una esposa, con un lindo hijo y tu propia casa y…
- No...- lo interrumpí – eso seria demasiado egoísta para mi.
- Jajaja, a veces eres muy gracioso.
Por suerte para mi esto basto para que Eduardo dejara de molestarme, solía comer debajo de un árbol cerca de una cancha donde la suave brisa de los arboles me hacia dormir tranquilo, y por un instante desaparecía, dejaba de existir, mi vida tal y como era se desvanecía, así termine por dormir un rato, hasta que la calidez de una mano en mi frente me despertó, era extraño, puesto que nadie solía pasar por ahí.

- Lamento despertarte –dijo sonriendo
- Doctor – me sobresalte – no esta bien, ya casi termina el descanso.
- No me llames doctor es kai
- Perdón pero, no puedo llamarlo así, eso es muy informal, ahora si me disculpa –dije levantándome – el solo se quedo sentado mirando como me alejaba del lugar a mi encuentro llego Eduardo quien se colgó como siempre de mi abrazándome y sonriendo.
- Ok –dijo kai – escuchen ingenieros – mirándonos detenidamente – las chicas quieren que celebremos me llegada, o algo así, tengo que ir a beber con ellas, pero como no conozco la ciudad mejor los invito a mi departamento, así que ustedes deben venir, si no los despediré.
- No puede hacer eso – me opuse.
- Claro que puedo – me desafío.
- Aun así no asistiré – respondí
- Tan poco valoras este trabajo? – provocándome.
- Esto doc. No es eso, es solo que no puede salir, tiene prohibido llegar tarde.
- Tu esposa no te deja divertirte.
- No estoy casado y no es eso… es solo que odio las fiestas.
- Aun así iras o despediré a zarate.
- Nooooo... claro que ira, ira.

Sobra decir que asistí por que mi amigo me lo suplico, avise a mi madre que llegaría un poco tarde y llegamos a su departamento, todo parecía normal, las cosas estaban aterradoramente ordenadas, y su departamento era espacioso no cabe duda de que tenia mucho dinero, la fiesta fue muy aburrida, debido a que no me gustaba tomar, las chicas eran cada vez mas y mas lanzadas sobre el, quien las rechazaba amablemente y Eduardo bebió hasta más no poder.

- No piensas tomar una copa? – me pregunto el con el vaso en la mano.
- Yo no tomo – dije secantemente.
- Si no lo haces despediré a zarate – amenazo.
- Esta muy tomado como para suplicarme así que búsquese otro pretexto.
- Te despido a ti
- Mmmm- termine aceptando la copa, después otra, y otra hasta que estaba totalmente ido.
- Y después Michel abrazo al gato y dijo, si el es mi hijo, frente a esos chicos –contaba Eduardo entre risas – fue tan gracioso.
- Deja de contar cosas vergonzosas – le dije golpeándolo en la cabeza.
- Ya se que tal si ahora les cuento sobre la vez en la que lo confundieron con una chica y casi lo besa un chico.
- Que te calles…
- Eso es muy interesante – decía kai.
- Doctor, no lo aliente.
- Vamos, era muy divertido, además tu solías decir que no era tu culpa ser tan lindo jajajaja
- Tonto – dije sonriendo mientras lo abrazaba – creo que quiero vomitar –dije levantándome.
- Por aquí-me indico kai – mejor? – pregunto una vez saliendo del baño.
- Falsa alarma, solo quería usar el baño… me duele la cabeza
- Esta bien – me dijo – ven recuéstate un rato – y antes de darme cuenta ya estaba en su cama.
- No puedo tengo que ir a casa…- pero no pude mas y me dormí ahí abrazando una almohada.

domingo, 13 de diciembre de 2009

EGOISTA: Yo; es una palabra egoísta.


- Quiero ser egoísta, se que esta mal, pero por primera vez quiero ser tan egoísta como los demás – dije entre sollozos aferrándome a su cuerpo, mientras mis lagrimas caían sobre su ropa, empapándola con mi dolor, mi sufrimiento, mi agonía.

El ser egoísta no es algo de lo que uno deba afanarse, ni siquiera algo que se enseñe desde pequeños, pero lamentablemente es algo muy fácil de hacer, de aprender, para mí, las cosas no fueron diferentes.
Desde que tengo memoria mis padres me educaron siendo el mayor de compartir con el, con los demás. ”Siempre debes pensar en ellos, en la familia en su felicidad antes de a tuya” ese fue siempre el pretexto que tenían, yo debía compartir mis juguetes, debía compartir mi habitación, aguantarme las ganas de jugar con algo y dárselo a el, siempre estar cayado y ser educado, no podía ensuciarme, no podía correr, no podía disfrutar de la niñez.
Y por un tiempo eso fue lo mas natural del mundo para mi, durante 17 años viví así, olvidando todo lo que me hacia feliz, fue entonces que conocí algo, que siempre llamo mi atención, pero que jamás lo pude hacer notar.
Cerca de la escuela a la cual yo asistía había un hermoso gatito, de color negro como la noche y ojos brillantes como estrellas, me gustaba mucho y desde que lo vi comencé a alimentarlo, con ayuda de mis amigas, quienes solían decir que era mi hijo, debido a que ambos teníamos el mismo color de pelo, un hermoso color ébano, las visitas a mi hijo comenzaron a hacerse regulares, y así fue como mi vida dio un giro inesperado, me distraída demasiado jugando con el, no tenia tiempo para hacer nada de mis tareas y mucho menos la limpieza en la casa, solía pasar horas abrazándolo y jugando con el pequeño, mis padres comenzaron a notar mi bajo desempeño y falta de interés y eso no iban a pasarlo por alto.

- Quieres explicarlo Michel? – me cuestiono mi padre – por que has bajado tus calificaciones así, no haces otra cosas mas que estudiar.
- Lo…lo lamento papa – dije cabizbajo – es solo que…
- Además ya no haces la limpieza tampoco, así que no pongas esa excusa – dijo mi madre – tu hermano llega de la escuela y no hay nada de comer, te he dicho que vengas directo a la casa, nada de hacer el tonto con tus amigos.
- Yo no me hago el vago – me defendí.
- Eso no es verdad después de la escuela te eh visto estar jugando con tus amigas –me recrimino mi hermano.
- Cállate –conteste – tu te vas con tu novia a perderte y nadie te dice nada.
- Al menos tengo novia
- Por eso repruebas el año verdad
- Cállate tonto antisocial, pareces un viejo, nunca bailas, nunca sales, y nunca te eh visto con una novia, quizás seas del otro bando.
- Eres un idiota –grite sin poder mas.
- Es suficiente Michel –tu hermano no esta siendo regañado, recuerda que tu fuiste el primero te dimos toda nuestra atención, el esta solo y no puede hacer las cosas bien, como sean las cosas, deja de hacer lo que hagas y concéntrate, no pienses solo en ti.
- Por que eres tan egoísta – termino mi padre.
Aquello fue un fuerte golpe para mí, sin embargo lo peor estaba por venir, una semana después mi hermano descubrió mi pequeño secreto.

- así que un mugroso gato, es la razón de tu comportamiento – dijo al momento de sostenerlo con una mano, lastimándolo, el me había esperado en el lugar donde solía verle y lo atrapo para molestarme – pues entonces esto tendrá que parar, voy a deshacerme de tu distracción, ya que no tienes tiempo para darme de comer, tampoco cuidaras de el – en ese instante lo aventó frente a un carro que pasa por la calle a gran velocidad. – jajá, ahora ya nada te distrae, tengo hambre hermano mayor –me quede callado, vi como el gato trato de esquivarlo sin triunfo alguno, su vida se desvaneció como la nada, en un momento dejo de existir, murió al igual que todo mi autocontrol.
- Maldito –grite y me arroje encima de el, golpeándolo en la cara – estúpido, como pudiste – dije mientras la gente a nuestro alrededor se acumulaba, llenándose de conocidos, pronto fui jalado por mi madre quien fue avisada por una vecina que no hacia otra cosas que darle quejas sobre mi.
- Que demonios te pasa? –pregunto mi madre ya en casa – por que le pegaste a tu hermano, es mas chico se supone que debes cuidarlo- abrazándolo.
- El lo mato…mato a mi gato –dije furioso.
- Y por un estúpido gato lo golpeaste, cuando tu padre se entere te va a ir mal.
- El no es un estúpido gato –dije a punto de llorar – el estúpido es Alex, no tenia por que hacerlo, yo quería a ese gato mas que a el, Alex eres un es…- mas fui callado por una bofetada de mi madre que solo me mando a mi habitación castigado sin cenar.
Antes de irme pude ver como mi hermano sonreía, el había ganado, como siempre, había conseguido arrebatarme lo que era mío, lo que me hacia feliz, desde que éramos pequeños había sido establecido, que tonto fui al pensar que algo podía cambiar.

- Perdón – pedía detrás de la puerta de mi habitación – perdóname gatito, no pude protegerte, no pude tenerte, eso es muy egoísta – termine llorando, después de todo ese gato no solo era mi hijo de juego era mi mejor amigo, alguien que siempre sonreía cuando yo estaba, que me escuchaba y no pensaba que fuera egoísta, alguien en quien si podía contar.

No hace falta decir que cuando mi padre llego esa noche mi castigo fue ejemplar, mas al desatar toda la rabia que tenia acumulada en mi, grite, me desahogue, recriminando los tratos de mi familia, aquella noche mi padre me grito como nunca, y hubiera estado bien, hubiera azotado la puerta y largado de ese lugar, hubiera desaparecido entre la oscuridad de la noche, si no fuera por que el se desplomo, su corazón no lo aguanto, un infarto.

Y así mi no vida comenzó…